jueves, 5 de noviembre de 2009

Dia de furia en Buenos Aires

Violencia Rivas, creación de Diego Capusotto

El dia que termina ha sido uno de los más conflictivos que hemos vivido en los últimos tiempos. El paro de subtes dejó a un millón de personas sin el medio de transporte que eligen y necesitan para llegar a sus trabajos y hogares. Las internas gremiales vuelven a poner a la Ciudad de rodillas, mientras la sociedad deambula con una pasividad asombrosa frente al descalabro que se vive en todos lo ámbitos.

Las peleas sindicales en el subte no son nuevas: los problemas entre los rebeldes y la UTA (Unión Tranviarios Automotor) vienen ya desde el año 2000. Se llegó a estas instancias por algo muy simple: la total y absoluta complicidad de los sucesivos gobiernos con estructuras mafiosas anquilosadas que distan muchísimo de representar los intereses de sus afiliados. En el fondo, como en todos los conflictos sociales que se observan en la Argentina de hoy, la pelea es por dinero y poder. El bienestar de los trabajadores, a pesar de las declamaciones de ambos bandos, no interesa a nadie.

Mientras bajo tierra los ánimos se caldeaban, trabajadores de la construcción bloqueaban la Panamericana. Una cola de tres kilómetros de autos estancados bajo el sol, repletos de pasajeros indignados pero inertes, se observaba desde las tomas aéreas que hacían las cámaras de televisión. Más tarde, bastó un camión hidrante para dispersar a los piqueteros con un extraño líquido azul.

En el Obelisco, una marcha de la CTA cortaba la avenida 9 de Julio, partiendo a la mitad el centro porteño. Esta semana fuimos testigos de un campamento que se instaló durante casi dos días en la puerta del edificio en donde funciona el ministerio de Desarrollo Social. El Gobierno de la Ciudad denunció que la Justicia porteña había ordenado a la Policía Federal el desalojo del improvisado campamento, pero que la orden fue desobedecida. Aparentemente, en la Argentina de hoy la orden telefónica de un político vale más que la orden de un juez. Nuevamente, la República se va flotando por el Riachuelo.

Mientras el país se bloquea cada vez más con protestas, sean legítimas o no, los problemas se acumulan sin una solución visible. El domingo, el futbolista Fernando Cáceres perdió un ojo en un asalto. Hoy, lucha por no perder también su vida. Primero fue Marcelo Tinelli, luego Mirtha Legrand y, más tarde, Jorge Rial los que desde sus respectivos espacios en los medios expresaron sus puntos de vista respecto a la inseguridad. La señora Legrand incluso fue más allá y le pidió a la Presidente que utilizara la cadena nacional "para llevarle paz a los argentinos".

Sin embargo, la Primera Magistrada no se dio por enterada de este reclamo y repitió una vez más el discurso gastado y hueco que tanto le gusta pronunciar. El enemigo fue el mismo de siempre, el favorito del kirchnerismo en estos tiempos de leyes audiovisuales que restringen las libertades de prensa y lesionan derechos adquiridos; de bloqueos a las plantas impresoras de los dos diarios más importantes del país con la tropa del Compañero. Nuevamente la prensa fue el blanco elegido de la Señora, esta vez para decir que las críticas de los medios desprestigian al Estado y a las instituciones democráticas (¿se olvidió tan rápido de que en primer año de la facultad de Derecho le enseñaron que la prensa es también una institución democrática?) y para quejarse de que "cuando los pobres se organizan empiezan a molestar, pero cuando aparecen en los medios llorando o pidiendo no"

La infortunada oración pronunciada por la Señora no puede más que helar la sangre de cualquiera que esté lo suficientemente despierto por la hipocresía y el cinismo con que fueron proferidas. ¿Acaso se olvidó tan rápido de que los pobres que se organizaron para cortar la 9 de Julio lo hicieron porque el gobierno que su marido y ella presiden los marginó deliberadamente del reparto de ayuda pública porque no pertenecen al kirchnerismo? ¿Acaso se olvidó tan rápido que los pobres que lloran en los medios lo hacen por culpa de las politicas económicas voraces que se aplicaron en los 17 años que lleva gobernando el peronismo desde 1983? Los pobres que lloran en los medios no lo hacen porque un productor les paga para hacerlo para sacar un punto de rating, sino porque hubo políticos que los excluyeron del sistema económico con políticas que favorecieron la destrucción del aparato productivo y el tejido socioeconómico argentino, por la implementación de políticas sociales que buscaron la creación de clientes en lugar de otorgarles a sus beneficiarios una posibilidad de reinsertarse laboralmente. Porque antes de que los medios echaran luz sobre los desastres que causaron a millones de inocentes por su codicia e inmoralidad, hubo políticos que apoyaron esas políticas y hoy dicen estar del lado de los pobres mientras brotan como por arte de magia las denuncias por enriquecimiento ilícito.

Es por todo esto que hoy fue un dia de furia. Lamentablemente, no será el último.


lunes, 12 de octubre de 2009

Ahogados


William Turner, "Fishermen at the sea"

Mientras leo los diarios, y en mi mente se confunden los titulares sobre la Ley de Medios y el asesinato de un joven de 18 años en Tigre, aparece esa palabra tan oportuna como molesta. Lamentablemente, no es la primera vez que interrumpe mis lecturas matinales y vespertinas. Ni siquiera me abandona cuando, harto de tanto diálogo de sordos en estas pampas, me pongo a leer el Times de Londres con la esperanza de encontrar en sus páginas algo que se parezca a la tan comentada caballerosidad y temple británico. La decepción ya es patrimonio histórico de la humanidad.

En 2003, un señor de Santa Cruz asumía la presidencia negándose a firmar el libro de actas con la tradicional lapicera de oro reservada a los presidentes. La banda le quedaba larga y le faltaba bastante almidón, y tampoco sabía qué hacer con el bastón de mando. En una entrevista que le hizo Juan Castro poco después de la renuncia de Menem al ballotage se definió como: "un hombre común con responsabilidades importantes". En la sala de edición, le cortaron el final. "Zaraza, zaraza", me imagino diciendo a Juan.

Sin embargo, K era un "tipo simpático" para los periodistas de la Capital. Su tropa estaba compuesta por hombres y mujeres que usaban ropa barata (su esposa no, que ya estaba habituada a los modos de la gran ciudad en su calidad de senadora), de modales austeros y lengua filosa. A muchos de ellos, y me incluyo, nos conquistó con esas ganas de arreglarlo todo ya. Veníamos de pasar tantas penurias, abandonos y enajenaciones como sociedad que nos aferramos a él, que hizo malabarismos con el bastón para luego demostrarnos que eso era parte de la hábilmente construída imagen de hombre común. K sabía muy bien cómo manejar las riendas, dónde golpear y dónde acariciar para que las cosas marcharan a su gusto.

Desde entonces, poco ha cambiado en los modos de ejercer el poder en la Argentina. Sin embargo, ya pocos fieles de corazón le quedan a su lado. Algunos nos alejamos pronto, otros no. La mayoría se la fue de las manos cuando quiso tocar la plata, como pasa siempre en este país. Cuando tocan nuestras libertades y nuestro derecho a vivir en paz, nada pasa. El silencio y la cobardía nos mantienen impávidos ante el poder derrotado, que sin pruritos sigue comprando voluntades a mano llena para agarrarse del reloj de Titanic. El pueblo pasa hambre, los gobernadores no llegan a fin de mes, la inflación se come ganancias y sueldos, la sequía arruina los campos y el trabajo de generaciones. Pero él sigue adelante: esas son cosas de "la contra", de "la oligarquía".

Ayer mataron a un chico de 18 años en Tigre de un balazo tras robar la casa en la que vivía con su madre y hermana. Cinco años antes, su padre había corrido igual suerte en manos de una delincuencia cada vez más desbocada y permitida por el poder corrupto y sinvergüenza. ¿Cómo hará el Jefe de Gabinete, de afamada retórica vulgar y chabacana, para explicarle a esa señora que quiere dejar el país que a su hijo no lo mató la inseguridad, porque eso es "una sensación que inventan los medios"? La bala que mató a ese joven, y antes a ese padre, no la dispararon ni Clarín, ni La Nación, ni Canal 13, sino un delicuente producto de los tantos negocios espurios que el Poder hace con la pobreza. Todos saben dónde están los que venden la droga, dónde aterrizan los aviones cargados de estupefacientes (hay 1200 pistas ilegales según denuncian Pino Solanas y Elisa Carrió), dónde están los radares de frontera que el Ministerio de Defensa desactivó hace meses, pero las sustancias corren sin problemas entre la población: la Justicia sospecha que la campaña presidencial de Cristina la pagó el narcotráfico.

Asi estamos, de batalla en batalla pero sin ganar la guerra. ¿No será que se están equivocando de escenario?

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Reflexiones acerca de la libertad en la era K

Congreso Nublado
Foto tomada por el autor

Mientras esto escribo, la Cámara de Diputados de la Nación debate el proyecto de ley de medios presentado por el Gobierno. Horas de angustia le esperarán al país si prospera la iniciativa oficial, y no porque Clarín lo diga.

El proyecto que debate el Congreso en estas horas es una muestra más de que esta administración busca acrecentar sus espurios negocios, que con plena alevosía se desenvuelven dia a dia frente a los ojos de los ciudadanos, escudándose en la falsa defensa de los pobres, los desamparados y de aquellos a los que les secuestran la palabra como les secuestraron los goles.

En apenas un año de crisis económica, quedó demostrado que el crecimiento a tasas chinas que experimentó la economía desde 2002 fueron fuegos de artificio. Bastó un año de crisis para que las mejoras sociales acaecidas en estos siete años se desmoronaran a los niveles previos al estallido social de 2001. Y esto no es culpa de los monopolios mediáticos, sino de un Gobierno que jamás se preocupó, ni estuvo en sus intereses, modificar la estructura de la economía nacional y del Estado para evitar que volvieran a ocurrir las calamidades de principios de esta década.

Sin embargo, el Gobierno usa sin cesar a aquellos que dice haber sacado de la pobreza y devolverles la ilusión de un futuro mejor, y que por su irresponsabilidad a la hora de administrar los caudales públicos nuevamente arrojó al padecimiento de sus históricos males. Los responsables de este desastre social que vemos en estos dias no sólo son los que nos gobernaron en estos siete años, en el menemismo y en la dictadura, sino también de aquellos a quienes el título de opositores les queda demasiado grande. Genuflexos como pocos, mezquinos lamentablemente como muchos, dieron luz verde con su ineptitud y palabrerío estéril a la segunda ola de graves atropellos a las libertades civiles y al andamiaje democrático de la República en sus últimos 25 años de gobiernos civiles. Tan descarada fue su ineficiencia que se autodenominaron "oposición testimonial" hasta que fue demasiado tarde para oponerse a la maraña de negocios privados con bienes públicos que montó esta administración autodenominada "progresista".

Mientras tanto, el oficialismo procede con modales de elefante sobre todo lo que le resulta antipático. Los ministros se convirtieron en hábiles esgrimistas del insulto, el lenguaje soez y del discurso de barricada cuando deberían ser ejemplos, junto con legisladores, jueces y periodistas, de la reflexión serena y racional. ¿Qué más puede esperarse acaso de un gobierno que pasa más tiempo preocupándose por las encuestas, por las tapas de los diarios y por el fútbol que en resolver los serios problemas del pueblo? ¿Qué más puede esperarse de diputados y senadores que se preocupan por que sea su voz la que más retumbe en las bóvedas del Congreso para exaltar a las hordas de fanáticos que llevan a los balcones y comisiones para tapar las voces disidentes? ¿Qué más puede esperarse acaso de periodistas que, olvidándose de la ineludible responsabilidad crítica de la profesión, sirven de espadachines a sueldo para los oscuros intereses de los grandes monopolios?

Todas las disputas a las que asistimos son por dinero y poder. No hay en los discursos políticos de estos dias, salvo honrosas excepciones, defensa alguna de la libertad de expresión ó genuina preocupación por resolver las angustias de los argentinos sino por ver quién dispara primero y cómo se queda con los despojos de su enemigo. Peor aún: esas disputas de poder son presentadas como grandes cruzadas épicas en contra de aquellos que quieren transformar a la Argentina en un reino del terror mediático y del egoismo capitalista. Clarín miente, TN desinforma y la Sociedad Rural es angurrienta: eso es verdad. ¿Pero acaso no vivimos en un país que se rige por una Constitución liberal y que, como tal, permite la expresión y la defensa de intereses tan inconfesables como los que se denuncian? Por eso están acertados también los que dicen que tanto la nueva ley de medios como las retenciones a las exportaciones son fascistas: las voces críticas, motivadas por el interés que sea, y las ganancias extraordinarias de ciertos secores económicos, más allá de qué tan concentrados estén, claramente deberían ser resquicios permitidos por el Poder.

Según esta visión, que claramente puede deducirse de los actos de este gobierno, las libertades no son inherentes al hombre sino concesiones que hace la autoridad. Es el Estado el que decide cuánto gana el campo y a quién se le van a entregar los fondos de las retenciones; el que decide cuánto ganará la industria gracias a la controlada devaluación del peso; el que decide cuánto ganará el comercio gracias a los marciales controles de precios y aprietes de Guillermo Moreno. Es el Estado el que decidirá, de aprobarse la ley de medios, quién y hasta dónde podrá hablar en radio y televisión merced al draconiano desguace de los multimedios, la mayoría del Poder Ejecutivo en la futura autoridad de control y los hasta hoy discrecionales repartos de publicidad oficial y accesos a la información pública. ¿Cómo los medios no van a desinformar si nadie en el Gobierno atiende los teléfonos cuando un periodista llama para preguntar o confirmar un dato? ¿Cómo podrán los medios reflejar la tan anhelada visión oficial de esa Argentina sin inflación, sin pobres, con crecimiento económico y empleo si se miente con las cifras del INDEC y si la comunicación oficial está en manos de dos personas que prefieren la cadena nacional ó el "contacto directo con el pueblo" porque desconfían de lo que dicen las "letras de molde"?

Por supuesto que los gobernantes pueden discrepar, enojarse y expresar esos sentimientos en público respecto a lo que se dice en los medios, pero lo que se vive en estos últimos seis años respecto a la prensa es ya demasiado. Particular indignación produjo la respuesta del ex presidente Kirchner al periodista de Clarín que le preguntó por su patrimonio y su pensión. Tiene razón el ex presidente cuando afirma que eso "es problema mio". Sin embargo, olvida que se trata de un ex funcionario público que recibe fondos del Estado y tiene obligación de responder públicamente por el desmesurado incremento de su patrimonio y lo que hace con la jubilación de privilegio que le pagamos todos los argentinos que aún soportamos la descomunal presión impositiva de la era K. Por más que le pese al señor Kirchner, tanto la señora de Noble como el señor Magnetto no son funcionarios y ganan su dinero en actividades privadas, por lo que sólo deberán rendir cuentas de sus actos ante la Justicia, no a la ciudadanía, de existir la más mínima sospecha de irregularidad en su desempeño económico.

Es momento de mirar qué se está haciendo con nuestro país y luchar para vivir en libertad. El desánimo de estos tiempos es el aliado perfecto para el poder político, que busca desde tiempos inmemoriales pueblos sumisos y callados. Las nuevas teconologías, como este blog, permiten expresarnos sin permiso de nadie a los que a ellos podemos acceder. Pero debemos mirar más allá de nuestra cómoda situación y luchar en beneficio de aquellos que no tienen esta oportunidad. Para que, como dijo el diputado Bonasso en la Cámara hoy, los grandes medios puedan hablar de inseguridad, pero que los campesinos del noroeste y noreste de la Argentina puedan hablar de la marginalidad, desocupación, destrucción de modos de vida y transporte que los integraban con poblaciones aledañas y lejanas.

domingo, 13 de septiembre de 2009

El Zen y la Bruja


Coche La Brugeoise serie 1 (1915)

En febrero de 2004, intenté tomar clases de karate en el gimnasio al que concurro habitualmente. Conocer una forma de ver el mundo bastante diferente a la mia era todo un reto en aquel entonces: recién salido de la secundaria, hiperactivo, controlador al máximo, simplemente no podía concentrarme. Me la pasaba mirando lo que hacían los otros socios en los aparatos, lo que ocurría en la recepción, la ropa de los transeúntes: nada más inapropiado para una clase en donde hay que estar atento a lo que dice el Sensei, y obviamente al puño del adversario.

Sumado a que no practicaba en mi casa las técnicas aprendidas en clase, ya que de tan cansado que llegaba me duchaba y luego me ponía frente al televisor a ver series de los 60 en el cable, mi desempeño en el dojo no era el mejor. Una tarde, el Sensei notó mi distracción y me dijo una frase que no olvidaré jamás: "cuando se come, se come. Cuando se duerme, se duerme".

En estos días, esa frase sonó insistentemente en mi cabeza. Estoy planeando la construcción de un modelo a escala de un coche La Brugeoise serie 1 de la línea A del subte de Buenos Aires. Como el diseño de carrocería original (el que yo replicaré) ya no existe gracias a que los trenes fueron reformados a su aspecto actual en 1927, debo basar mi reconstrucción en fotografías, relatos de viajeros de aquel entonces (difícil que alguien se acuerde con sumo detalle cómo era el interior de las Brujas entre 1913 y 1927), y una activa imaginación. Las vistas y el viajero ya los conseguí; la imaginación también.

El gran problema es que la imaginación no siempre se comporta como uno necesita ante retos tan demandantes como al que la vengo sometiendo desde hace meses. Amigos, parientes que ya no están, programas de televisión, películas, citas literarias, brillantes ideas para posts del blog que nunca escribo por mi inevitable tendencia a postergarlo todo, el ruido del subte, música: cosas que pueblan mi mente y que no me dejan concentrarme en la Bruja. Hasta que, haciendo un tremendo esfuerzo, lo logro.

Y ahi viene el gran reto: dejar de pensar en la Bruja. Quiero pensar en otra cosa, en una persona, y no puedo. Aparece la Bruja, con su aspecto en blanco y negro de la Belle Époque que las vio nacer, el ruido de sus motores y frenos en el superpoblado subte Anglo de 2009, en donde siguen andando con 95 años a cuestas. Ahi está la Bruja, quitando de mi mente toda otra cosa que no sea sus ansias de renacer en su forma original. Patalea, grita, se mueve dentro de algún útero cerebral que crece cada día más.

El viernes terminé los planos, mañana empiezo a acopiar los materiales. Pronto comenzará la etapa más complicada de la gestación, y a no descansar hasta el parto. Y luego, ver que funcione: que corra por la vía, que pueda cambiar de camino sin descarrilar ni matar a nadie, que su suspensión resista los desniveles, que sus motores no se quemen en la mitad del viaje, que no opte por prenderse fuego antes de que cumpla tantos años como sus antecesoras de verdad, que quiera ser de verdad. No se conformará con transportar aire en sus lujosos interiores: querrá crecer y llevar gente, servir de modelo para una nueva Bruja serie 1 que podría montarse en el chasis del coche 43, que se incendió hace nueve años en Primera Junta. Querrá volver a Polvorín, el hogar de sus hermanas mayores. Y habrá que dejarla ir, para no defraudar al Sensei.

lunes, 17 de agosto de 2009

De vacaciones en el mundo real


Estación Primera Junta
(Por Cristian O. Arone para Wikipedia)

La semana pasada, el transformador de mi notebook dijo "basta". Tras un año de trabajar, como mínimo, doce horas diarias, el pobre aparato resolvió hacer paro por tiempo indeterminado. Lo sacudí, lo dejé caer desde mi metro ochenta y uno de altura, pero no hubo caso.

Asi que llevé la máquina al service, a una cuadra de la estación Emilio Mitre del subte E. Cuando salí del local, resolví caminar hasta Primera Junta: la entrada de la E en Parque Chacabuco se veía amenazante, un prolegómeno al vacío y al silencio de la línea violeta. Yo quería conocer un poco más Caballito, ver a las Brujas y conocer el taller Polvorín, por lo menos desde la vereda. Al pasar por su puerta, interrumpió mi paso la zorra Federica, que remolcaba uno de los coches de la Asociación de Amigos del Tranvía. Me enteré más tarde que lo estaban por subir a un camión: era requerido en Luján para el rodaje de una película. En las naves del enorme galpón que construyera la Anglo para albergar los trenes de su tranvía subterráneo, las legendarias Brujas, estaban los coches del subte esperando reparaciones. Cuidadosamente alineados, limpios todos, salvo una pobre dupla Siemens que llevaba años ahi tras abandonar la línea C.

Después de caminar unos minutos más, me topé con la rampa en Rivadavia. Primera Junta estaba cerca. Ya se veían los azulejos bordeaux, y pronto sentí el olor del lapacho quemado de los frenos de los coches de la línea A, que me daba la bienvenida en mi regreso al mundo analógico. Hacía poco que habia dejado mi notebook en el taller; a riesgo de ser políticamente incorrecto, debo confesar que sentí un placer secreto al dejarla allí. Se terminaba casi un año de pasar mis tardes en la cama, inmóvil frente al LCD, la droga de este siglo. Estaba de vuelta en el mundo, sin querer volver a casa, con ganas de explorarlo todo sin usar una pantalla o un teclado.

Di varias vueltas por las escaleras de la estación. Quería sacarle fotos a un tren estacionado en la via 3, pero me confundi y terminé en la dos. Asi que a subir, y a aprovechar para espiar tras los tablones la nueva salida hacia Rojas. Cuando pisé el andén a Plaza Mayo, el tren aceleró y se metió en las fosas que están en medio del túnel. Pero bueno, todavía me quedaba el viaje hasta Lima. Llegó el tren y me acomodé en la salita de adelante, con la espalda retorcida para poder mirar el túnel. A medida que avanzaba hacia el Centro, la formación se llenaba. La salita es el lugar más codiciado de la formación, asi que me invadieron chicos y grandes en mi pasatiempo de observar los paratrenes y escuchar el traqueteo de la palanca aceleradora., matizado con la ocasional puteada del motorman si llegamos a enganchar una antena. Con el lapacho se mezclaron perfumes de toda índole, algunos francamente repugnantes. Pero mi bolso estaba vacío: la computadora se había quedado allá.

Después de una hora en tren, llegué a casa. No tener la notebook ya no parecía un plan tan estimulante: el síndrome de abstinencia empezaba a trepar por mi pierna izquierda, hasta que la desesperación hizo que me tirara sobre la máquina del estudio. Pero esta hay que compartirla, y con eso vienen los gritos y el egoísmo desbocado, que sabe que tras de sí vienen el aburrimiento y el insomnio. Y estoy solo en mi habitación, pero ahi están mis discos y mis libros. Abro "Amuleto", de Roberto Bolaño, que tengo en mi mesa de luz desde principios de marzo esperando ser terminado. Retomo la lectura y no entiendo nada. No porque no me acuerde, sino porque las palabras se evaporan apenas tocan mi mente. Escucho en los recovecos de las letras melodías que crujen al paso de mis ojos y estoy hipnotizado. Si me preguntan, no sé que lei, pero tengo la certeza de que algo escuché, una música secreta enunciada por miles de voces que viven en las páginas del libro y que no me dejan dormir. Mi cabeza es una plaza y todo el mundo grita: la literatura hace que mi cabeza grite hacia adentro y que los sonidos retumben. Leer siempre fue una maravillosa experiencia auditiva para mi, casi alucinógena.

La computadora no está. Recién el miércoles tendré noticias de si hicieron la reparación que necesita. Menos mal que mi tio me da el dinero para pagarla, porque si no la pobre hubiese dormido en un cajón durante meses. ¡Momento! Está la televisión. Siempre estuvo, pero la notebook la confinó a proveer ruido de fondo mientras ella se encargaba de mostrar el espectáculo del mundo digital, que no tiene frituras ni zumbidos magnéticos, en donde siempre es de dia y hay sol y nunca hace frío. En el mundo digital el pasado es algo ilusorio, más aún que en el mundo real. Es el reino del presente permanente, oxímoron sobre el que se asienta la posmodernidad. Pero la tele anda y vuelven a brillar Marlene Dietrich, Mirtha Legrand, los Simpsons y Katherine Hepburn haciendo de Violet Venable en Suddenly last summer. Y Sartre, que no se cansa de hablar y de fumar en el canal Encuentro. Y allí voy yo maravillado, de la mano de una amiga que hacía meses que no veía: la concentración.

El jueves vuelve la notebook. Tendré que ir con el bolso vacío hasta Emilio Mitre, que es igual a Medalla Milagrosa y Varela, y era parecida a Plaza de los Virreyes hasta que la pintaron de azul oscuro. Volveré con el bolso ocupado por la máquina, que a través de la correa del morral me guia con su mano en mi hombro. Y volveré a Polvorín, a Primera Junta y a los Brugeoise, prometiéndome a mí mismo que defenderé Madrid del mundo digital y que no me olvidaré de todos los analógicos que visité en estos días. Sé, también, que tarde o temprano volveré a caer. Tendré que hablar con mi terapeuta para que me enseñe a llevar una relación adulta con mi notebook.

miércoles, 24 de junio de 2009

¿Pino segundo?

Pino Solanas
(Fuente: Proyecto Sur Rosario)

Según las últimas encuestas difundidas, Pino Solanas, cineasta y candidato a diputado por Proyecto Sur, obtendría el segundo lugar en las elecciones en la Capital, desplazando a Alfonso Prat-Gay del ACyS.

Varias razones pueden enumerarse para explicar este fenómeno. Por un lado, el propio Pino sostuvo una militancia y un compromiso con sus ideas desde, por lo menos, la década del '60. Su obra cinematográfica primero, y su actividad en la vida pública después, son un muestrario de ideas de las que nunca abjuró mientras el resto de la clase política disfrutaba la fiesta menemista. Cuando el patrimonio público se remataba a precio vil, la de Pino era una de las pocas voces que se escuchaban denunciando tremendo latrocinio al tejido social argentino, incluso a costa de su propia integridad física. En una época de sindicalistas de traje que veraneaban en Egipto con tarjetas de lujo, Pino no dudó en denunciar que miles de compatriotas se quedaban sin trabajo y eran condenados a la miseria más abyecta. Se puede estar de acuerdo o no con las ideas de Solanas, pero no se puede ignorar su compromiso con ellas ni con su país.

Por otro lado, vienen las razones coyunturales. Según los analistas políticos de los grandes diarios, la elección de Carlos Heller (banquero cercano al Partido Comunista) como candidato del kirchenrismo porteño alejó a los tradicionales votantes justicialistas del espacio K. Estos ciudadanos encontraron en Pino una voz que, si bien desde la izquierda, incorporó en sus propuestas muchos de los postulados originales de peronismo.

También recibe Proyecto Sur a los electores radicales que han quedado desencantados con la figura de Alfonso Prat Gay, quien tras el debate del miércoles pasado en "A Dos Voces" acentuó su parecido a un candidato del Pro que a un discípulo de Raúl Alfonsín. Incluso el propio Solanas repite desde hace tiempo, y se lo dijo en la cara la semana pasada, que Prat Gay viene de la Banca Morgan y que propone volver a los '90 y al FMI. En el huérfano electorado progresista de la Capital, esto obviamente sonó encantador.

Pino definitivamente tiene asegurado el tercer lugar, ya que la distancia con Heller es irremontable. Además, Kirchner no puede traccionarle votos a su candidato en Capital: sus apariciones en este distrito pueden contarse con los dedos de una mano por la sencilla razón de que K produce un rechazo muy fuerte en el electorado porteño. Heller, para colmo, tiene que justificar todo lo que ha hecho el Gobierno Nacional en seis años, y que los porteños no le perdonan. ¿Cómo ganar en un distrito que ha sido acusado de "soberbio" y de "votar como en una isla" por Alberto Fernández en 2007, o de hogar para los oligarcas de las ciudades en 2008? ¿Cómo triunfar en Capital cuando la candidata Michetti es la que mayor intención de voto tiene, y además proviene de una fuerza que desde que gobierna no hace más que denunciar los obstáculos que el gobierno K le pone? Si vemos las encuestas, la mayoria de los porteños le creen al Pro. El argumento que dice que "la oposición podría ganarle a Macri si fuese unida" es impracticable: Pino, Prat Gay y Heller no son compatibles.

¿Pino segundo? Es muy probable. Sólo lo sabremos con certeza el domingo a la noche.

lunes, 22 de junio de 2009

Devaluar o no devaluar



Desde hace varios meses circula insistente el rumor de que, tras las elecciones legislativas, el Gobierno anunciará una nueva devaluación del peso.

En 2002, tras once años de convertibilidad, Argentina decidió desvalorizar su moneda para poder corregir los graves desequilibrios macroeconómicos que aquejaban a su economía: el tipo de cambio 1 a 1 favorecía la importación de productos extranjeros en desmedro de la producción y el empleo nacional, además de obligar al Gobierno a un delicado equilibrio en las medidas que tomaba para poder sacar al país de la recesión. En un esquema de tipo de cambio fijo, la cantidad de moneda en circulación ("oferta monetaria" en sus diferentes medidas) no puede ser determinado por el Banco Central a través de la política monetaria. Por ejemplo, cuando la economía amenaza con enfriarse, países como Estados Unidos o Brasil simplemente recortan la tasa de interés para aumentar la cantidad de dinero que se presta a través de los bancos, además de hacer más atractivos los créditos al consumo (los famosos "planes de cuotas"). Si al consumidor se le cobra menos recargo por usar la tarjeta de crédito o por comprar un lavarropas en cuotas,entonces estará más dispuesto a endeudarse para financiar sus gastos.

En cambio, en la Argentina de la Convertibilidad esto no era posible. Por ley, el Banco Central estaba obligado a entregar un peso por cada dólar que ingresaba al país y viceversa. Por lo tanto, la cantidad de pesos en circulación está fuertemente relacionada con la cantidad de moneda extranjera que entra a las arcas del Central. En un contexto de desconfianza y fuga de capitales como el de 2001, los "inversores" (categoría heterogénea que incluye desde a aquel que pone plata en la producción genuina de bienes y servicios, hasta los fondos buitres) se desprenden de los pesos que tienen y demandan dólares. El BCRA no tenía más remedio que entregarlos al precio que fijaba la ley, sin tener la posibilidad de dejar los pesos en circulación para estimular la demanda ya que eso contaría como "emisión sin respaldo", expresamente prohibida por la Ley de Convertibilidad: los dólares que respaldaban a esos pesos simplemente ya no están en el banco. De ahi vino el fenomenal robo de los ahorros privados conocido como "corralito" y "corralón", que aun hoy no encuentran justicia. En tal circuntancia, la única solución posible era devaluar.

Tras seis años de crecimiento económico récord de la economía, financiado especialmente por la cantidad de pesos que las autoridades monetarias pudieron poner en circulación al no tener la exigencia legal de respaldarlos con dólares ("tipo de cambio competitivo") estamos nuevamente frente a la disyuntiva de 2001: devaluar o no devaluar. En el período 2002 - 2009, la inflación, incluso según los cuestionados índices del INDEC, superó ampliamente el 100 % acumulado. Esto causó que el tipo de cambio nominal, hoy en 3,78 pesos por dólar, tenga menos poder de compra que lo que tenía, por ejemplo, en 2003 cuando registró ese mismo valor. Además, al encarecerse los productos nacionales gracias a la inflación, junto con el aumento del poder adquisitivo producido por las mejoras salariales y la recuperación de la economía nacional, aumentó la compra de bienes importados. A eso hay que sumarle un aumento sustancial en la presión tributaria, ubicada hoy en niveles récord y organizada de manera regresiva, afectando principalmente los ingresos de los pobres. A la estructura tributaria socialmente excluyente de los '90, se le sumaron impuestos a la producción como las retenciones a las exportaciones.

Por lo tanto, todos estos factores confluyen en renovados pedidos por más devaluación. Por un lado, a los industriales se les complica exportar si tienen una inflación interna elevada, un dólar casi fijo y un persistente aumento en las importaciones. Al campo también se le hace más difícil su labor: el nivel fijo de retenciones, combinado con precios de los granos en baja (o a niveles mucho menores que los récords de mediados de 2008) y costos internos en alza provoca mermas en la producción. Dado que el Estado no está dispuesto a resignar ingresos por retenciones, ni tampoco a embarcarse en ajustes al gasto público, la solución más simple que aparece a la vista es una nueva devaluación.

¿Qué efectos provocaría una nueva devaluación? Por un lado, los dólares que entran gracias al comercio exterior valdrían más en pesos. Eso significa un aumento inmediato en la recaudación por retenciones, Ganancias e Ingresos Brutos, además de mejorar la caja de los productores. Por otro lado, dada la larga historia inflacionaria argentina, los precios internos suelen acompañar la suba del dólar: más inflación. Como varias veces se reiteró en este espacio, los principales perjudicados por la inflación son los pobres: medidos en dólares, los sueldos se reducen al mismo tiempo que las ganancias de las empresas se multiplican por idéntica cantidad si facturan en moneda extranjera. Por lo tanto, se produce una impresionante transferencia de recursos de los sectores más pobres a los más ricos, empeorando la ya escandalosa distribución del ingreso. Mientras tanto, las empresas mineras, petroleras y pesqueras siguen girando divisas al exterior mediando sólo una declaración jurada sin control público. Las empresas ferroviarias y de transporte automotor siguen cobrando subsidios cada vez mayores para mantener funcionando servicios desastrosos, agravado por la inexistencia de un serio plan de reconstrucción del ferrocarril a nivel nacional.

Por ahora, los candidatos dicen que no habrá devaluación después de las elecciones. Permítaseme desconfiar de nuestro políticos.

sábado, 20 de junio de 2009

Chancho y glamoroso


Peña y uno de sus queridos cactus
(Fuente: Revista Gente, edición 2017, 16/03/2004)

¿Qué decir de Fernando Peña cuando él ya dijo todo de sí mismo? La pregunta surge inevitable cuando una persona hipertransparente muere. También nos interrogamos acerca de la veracidad de esa muerte, ayudados por la incredulidad de las primeras horas. ¿Murió Peña? ¿No será un acting más de este provocador nato? Esta vez no.

Él pidió que no lo lloraran, pero que tampoco "hagan una carnicería conmigo, como le pasó a Juan", dijo a la revista Gente en marzo de 2004, cuando su entrañable amigo Juan Castro falleció y su vida era carne de carroña de los medios. Entonces nos advirtió que él tenía todo preparado para el dia de su muerte y así fue. En las últimas horas vimos en la televisión sus últimas sesiones de quimioterapia, acostado en una cama de hospital con la panza hinchada y la cortina musical de los Almuerzos de Mirtha Legrand de fondo.

Peña no sólo dejó la filmación de sus últimas horas como testimonio de su lucha existencial, no sólo contra la enfermedad que lo aquejaba, sino contra los tabúes y la mediocridad de la sociedad. Sobre todas las cosas, trató de enseñarnos a mirar a nuestros alrededores y adentro nuestro para advertir nuestra fragilidad, nuestros miedos y, finalmente, pelear contra eso. Con sus permanentes acicateos, intentó evitar que nos hundamos en nuestra propia inmundicia.

Resumir la vida de Peña en unas pocas líneas sería imprudente y deshonesto. Entenderlo no fue para nada fácil, si es que alguno de nosotros puede jactarse de entender cabalmente a, por lo menos, una persona a lo largo de la vida. Sin embargo, Peña trató de entender y en esa lucha se le fué la vida. Así nacieron sus criaturas, a las que les han decretado la muerte junto a la de su creador. Como muchas veces aclaró, las criaturas tienen vida propia y están más cerca nuestro de lo que creemos. La Mega, Palito, Revoira Lynch y todos los demás siguen errando por el mundo. La única diferencia es que quien los alumbraba con un gigantesco reflector ya no está. Quizás el mundo, a partir de la ida de Peña, será un lugar más cómodo para vivir sin su aguardentosa voz recordándonos los sinsabores de la existencia. Seguramente, el mundo será a partir de ahora un lugar más mediocre que antes.

No tuve el placer de conocerlo personalmente, aunque siempre adherí con Fanny Mandelbaum cuando decía que Peña no era el monstruo mediático que construyó, sino un ser repleto de amor y ternura. Algo dentro mio me decía que Fanny tenía razón, y creo no haberme equivocado. ¿Cómo recordarlo? Eso depende de cada uno de nosotros. Yo me quedo con una frase que dijo en el programa Tiene la Palabra en 2007: "soy chancho Y glamoroso". Después, sólo queda ese silencio dramático en el que el público espera que pase algo, cuando en realidad nada pasará.

Entre amigos
De izquierda a derecha: Juan Castro, Claudio "La Clota" Lanzetta, Ronnie Arias y Fernando Peña
(Fuente: idem foto encabezado)

martes, 14 de abril de 2009

Candidaturas testimoniales: ¿testimonio de qué?

Dos corredores pasando el testimonio
Imágen de dominio público

Resuena por los medios de comunicación y en las tribunas políticas la última idea del Gobierno en materia electoral: las "candidaturas testimoniales". Aparentemente, el ex Presidente en ejercicio quiere que gobernadores e intendentes se presenten como candidatos a cargos legislativos en las elecciones adelantadas, sin tener jamás la intención de asumir esos puestos sino seguir en sus actuales funciones ejecutivas. A esto lo llaman "testimonio de militacia y compromiso por la democracia".
En los años de vacas gordas, la oposición se llamaba a sí misma "testimonial" cuando el Congreso era "la escribanía del Ejecutivo". Ante la por entonces abumadora mayoría oficialista en ambas cámaras, la oposición no tenia más remedio que hablar sin ser escuchada. Es decir, ser completamente inútil.

En el caso de la actual estrategia oficial para las próximas elecciones, estamos tambián ante un tropel de candidatos inútiles. No sólo no van a asumir los cargos legislativos a los cuales se postularían, sino que mientras dure la campaña no van a cumplir con sus actuales responsabilidades. Pero eso parece no importar: el dengue, la inseguridad, la inflación son todos inventos de la prensa ó de una oposición destituyente. La realidad es que la economía no sólo no está resistiendo heroicamente los embates de la crisis internacional, sino que está en plena reactivación. Asi se expresó NK ayer en un acto partidario. ¡Vaya problema!

El principal motivo para lanzar este tipo de candidaturas es la baja imagen del ex presidente en las encuestas y una segura derrota ante las fórmulas del PROperonismo y la alianza UCR-CC. De esta forma, intendentes y gobernadores serían las locomotoras del armado kirchnerista traccionando los votos que se le escaparon al ex presidente. No sólo este armado es inmoral por las razones que expusimos más arriba, sino también inconstitucional. El artículo 75 de la Constitución Nacional establece claramente que los gobernadores de provincia no pueden presentarse a cargos legislativos por las provincias a su mando. Scioli fue electo gobernador de Buenos Aires hasta 2011, por lo que debería esperar hasta las legislativas de 2013 para poder sortear el impedimento constitucional mencionado, a no ser que decida presentarse a una reelección para su cargo actual o ser el "presidenciable" post-K. Dado su apoyo a la estratagema pingüina, estas dos hipótesis acerca del futuro del ex motonauta parecen, por lo menos, lábiles.

Dicho todo esto, es hora de volver a la pregunta que nos hicimos en el título de esta nota "¿testimonio de qué?". En las carreras de postas, el testimonio es un palito que se pasa de mano en mano al corredor que está delante para que lo lleve a la meta. En este caso, el testimonio es la reiterada violación no sólo a las normas constitucionales o a las dictadas por el mismo gobierno que ahora las ignora, sino también la permanente falta de respeto a la inteligencia del pueblo. Y esto vale también para la estrategia del gobierno de la Capital, que postula a diputada a su Vicejefa. Si bien las responsabilidades institucionales de Michetti no son iguales a las de Scioli o los intendentes del Conurbano, no es correcto que interrumpan un mandato para postularse a uno nuevo. Si algo puede rescatarse de Michetti, es que ella pasaría a ocupar un puesto de mayor jerarquía del que ocupa ahora. Sin embargo, es muy difícil comprender por qué el gobernador de la provincia más rica del pais quiere dejar tan codiciado puesto por una banca de diputado. O, más complejo aún de entender, por qué los caciques del conurbano sacrificarían el control de la caja municipal y de sus respectivas comunidades por una banca. Estaría pasando el testimonio hacia atrás, yendo hacia el punto de partida. Y los que retroceden hacia prácticas políticas que se creían superadas por la Constitución de 1853-60, no son aptos para construir el futuro de mayor institucionalidad e imperio de la Ley que tanto necesita la Argentina.

lunes, 6 de abril de 2009

A una semana y ya andan volando


Buitre
Fuente: Wikipedia
Reproducida según los términos de la licencia Creative Commons

El Presidente Raúl Alfonsín murió hace sólo una semana y los políticos ya pelean por quién se queda con la mayor parte de los restos de su legado político. A esto, los medios lo presentan como "capitalización política" del clamor popular por más y mejor Democracia y por dirigentes que estén más a la altura de los epítetos que se le endilgan al líder radical.

Hoy, los argentinos tenemos un nuevo prócer que aún no es patrimonio de las distancias y nieblas que imponen los manuales de Historia de la primaria. Pudimos escucharlo, homenajearlo en vida, discutir con él y elevarlo a las categorías que la Historia reserva para los hombres y mujeres más sublimes que la transitan. El que escribe estas líneas nació en suerte bajo el mandato de aquel hombre que despedimos en medio de una congoja y admiración no vistas desde 1974, cuando falleció Perón. Es mi deseo, y creo que el de muchos, que nos dejen en paz la imagen que nos construimos de Don Raúl. Que dejen que hagamos nuestro duelo en paz y según nuestros tiempos, que aprendamos a ver la figura de Don Raúl más allá de lo que nos provoca el dolor de su muerte. Y queremos hacerlo sin la ayuda de los cínicos que siempre aparecen para hacerle ver al sufriente lo absurdo de su dolor, para luego convertir el legado del difunto en agua para su molino.

El sábado a la mañana, leí en los diarios de la Capital que no sólo el regreso de Cobos a la UCR es un hecho casi consumado, sino que Ricardo Alfonsín, hijo de Don Raúl, se presentaría como primer candidato en las listas de diputados nacionales del llamado "pan-radicalismo". Cuando aún podía sentirse en las escalinatas del Congreso el olor de las flores del velatorio de su padre, ya estaban los políticos tratando de encauzar para sí el reclamo popular del funeral de Alfonsín. No comprenden que ese hombre que salió a hablar con los periodistas tras la visita de Cristina para negar estos absurdos está atravesando una de las horas más oscuras de su vida. Estamos ante una familia que perdió a su patriarca y ya estamos azuzando a su primogénito para meterse en el llano de la política. Dejen que se despida de su padre, que asimile su dolor, que intente recuperar un mínimo de paz en su vida para luego pensar en una candidatura.

Los argentinos no aprendemos que detrás de la muerte de una figura pública hay una familia privada y una horda de amigos que quiere que se respete su recogimiento en estas horas de dolor. Que una persona desarrolle su actividad en público, trátese de un insigne periodista como Juan Castro o de un líder como Don Raúl, no justifica ni disculpa imponer las necesidades periodísticas o políticas a los rigores de la muerte.

El fallecimiento de Raúl Alfonsín no sólo fue la despedida de un líder querido y respetado por su pueblo, que se reencontraba con él tras los sinsabores que dejó una gestión que cargó con más expectativas de las que podía cumplir. Fue también el último gran acto político de Alfonsín: allí estaba la plana mayor del radicalismo caminando tomada de la mano, secundada por una sociedad que aprovechó para reclamar república, honestidad, cordura, consenso, diálogo y respeto a sus dirigentes. Es una señal de alarma que el pueblo deba usar el funeral del dirigente que lo condujo, junto con muchos otros luchadores que pelearon a su par, hacia la Democracia para poder expresar su reclamo de más y mejor Democracia. Se siente en todos los ámbitos el miedo a opinar y a disentir, y las multitudes expresaron su hartazgo en el funeral del "padre de la Democracia". Si hay algún legado que "capitalizar" de esta experiencia que acabamos de vivir, debe ser aprender a escuchar los mensajes que los hombres de a pie dejan en su camino por esta Tierra.

martes, 31 de marzo de 2009

Murió Raúl Alfonsín


Dr. Raúl Ricardo Alfonsín
Presidente de la Nación
(1983 - 1989)
Q.E.P.D

En 1985, Alfonsín era Presidente de una Nación que se enfrentaba a un pasado y a un presente atroz. En ese año, me tocó en suerte nacer. Desde chico pude ver cómo la figura de Raúl, como lo llamábamos en mi familia, se agigantaba con el paso de los años tanto por su propio mérito, como por la distancia cada vez mayor entre el sueño que alumbó en 1983 y lo que los argentinos construimos en los años venideros.

En ese semblante adusto, pero siempre gentil, se podía adivinar el dolor del hombre que ve al sueño de su vida alejarse cada vez más. Contando como únicas armas la palabra, el consenso y el respeto por el adversario circunstancial, intentó desde el lugar que le tocara ocupar construir ciudadanía.

Nunca bajó los brazos: no estaba en su naturaleza. Le tocó presidir a la Nación en un momento crítico de su Historia. La Argentina era, en 1983, un país quebrado en todo sentido tras siete años de dictadura genocida. Alfonsín quiso reparar esas heridas con el bálsamo del respeto y el diálogo, que lamentablemente no fueron apreciados en su justa medida por la oposición de entonces que miraba, nostálgica, un pasado de balas y botas. Con aciertos y errores, siempre estuvo del lado de los que queríamos vivir en paz y libertad, bajo el respeto irrestricto de la libertad del Hombre, de la Ley y de los Derechos Humanos.

Hoy, se fue el hombre que peleó por una democracia mejor y que tuvo el coraje de liderarla en su etapa más difícil. Se va también un amigo de mi familia, aquel que comía los fideos del domingo en casa de mis abuelos en Flores ó Chascomús y que compartía largas charlas con mis tios en su pueblo natal.

Adiós Raúl.

sábado, 21 de marzo de 2009

Se adelantan las elecciones; ¿se atrasa la crisis?

Nubes en las cumbres
Foto tomada por Gonzalo Ciarleglio

La semana pasada la Vocera del Presidente nos hizo saber que se adelantarían las elecciones para no someter a la sociedad a los inoportunos vaivenes de la democracia en medio de la actual crisis económica. Eso sí, se encargó de ratificar su incuestionable voluntad democrática tras hacer precisamente lo que su esposo había criticado en una de sus habituales diatribas en el acto de cierre de la campaña de Catamarca.


Que la crisis está entre nosotros no es una novedad: la fuga de capitales comenzó a mediados de 2007, aunque los por entonces altísimos precios de las materias primas permitían compensarla gracias a las enormes liquidaciones de divisas de los productores sojeros. La confianza del consumidor empezó a mermar en febrero de 2007, justo un mes después de la cuestionada intervención al Indec. La economía argentina ya se estaba enfriando al ritmo de la inflación desbocada mucho antes del conflicto con el campo y de la quiebra de Lehman Brothers.


Esta descomposición de la economía llevó al matrimonio gobernante a emprender desesperadas medidas para salvar "el modelo": primero fue la 125, después vinieron los planes de bicicletas y heladeras y, ahora, la coparticipación de retenciones. Esta última medida empujó a los productores agropecuarios a las rutas, hartos de las retenciones cobradas sobre precios en baja, la sequía y las dilaciones oficiales en reuniones que llegan a poco y nada. Y algo que hoy no se menciona en la prensa: a fines de febrero, el Gobierno pensaba en estatizar el comercio exterior de granos. Nadie sabe en qué quedó esa idea.


Si examinamos las anteriores experiencias electorales, veremos que unos meses antes de los comicios la economía tiende a enfriarse por la incertidumbre del resultado. Esta vez, esa incertidumbre es mayor que otras: los Kirchner están en una posición política muy incómoda, perdiendo "aliados" a medida que la crisis les erosiona la caja. Como bien dice Elisa Carrió, Kirchner aún tiene capacidad de daño. Se sabe que en octubre el país estará sintiendo de lleno los efectos de la crisis global, y la merma de dirigentes K habrá puesto en riesgos aún más serios que los actuales al oficialismo. Se sabe también que el país requiere medidas urgentes y para nada apetecibles para el electorado para poder superar los efectos de la recesión. Suena cada vez con más fuerza la posibilidad de recurrir a un crédito del FMI para superar los vencimientos de la deuda externa de 2009-2010, cosa que a un Gobierno que hizo de la lucha contra el Fondo un puntal de su ideología se verá en serias dificultades de justificar ante una opinión pública cada vez más descreída.


Además, estas elecciones caen en un escenario de creciente tensión con el campo. La reciente medida de coparticipación de las retenciones es una estrategia desesperada para lubricar la maquinaria electoral del populismo gobernante comprando las voluntades de los dirigentes del interior. Lo peor es que estos dirigentes volcarán esos fondos hacia tácticas clientelistas harto conocidas en la Nación. En tiempos electorales, la manipulación de los pobres se vuelve cada vez más urgente para el partido de gobierno, que paradójicamente nació a mediados del siglo XX para defender los intereses de los más humildes. La creación del Fondo Solidario es, también, un intento de dejar sin argumentos a los productores rurales. Ahora, bajar las retenciones es imposible ya que las provincias están recibiendo esos fondos. Este, vale recordar, era uno de los reclamos del sector en 2008. Pero esta medida esconde dos cuestiones de fondo: el federalismo y la distribución del ingreso.


En lo que respecta al federalismo, es obvio que no puede construirse un país federal cuando la Nación concentra una enorme cantidad de dinero en sus garras para distribuirlas a los dirigentes provinciales y municipales a su antojo. La Constitución de 1994 ordena la sanción de una nueva Ley de Coparticipación (la actual es de 1988) para... 1996!!!! Es decir, llevamos trece años de demora en cumplir el mandato de la Carta Magna, exponiendo otro serio problema que hace imposible la construcción de un país: respetar los pactos que nos unen como sociedad. La Constitución es la expresión jurídica del contrato social que nos permite vivir a todos dentro de unas reglas comunes. Como bien expresó el titular de la UCR Gerardo Morales, adelantar las elecciones "es romper un vínculo".


En lo que hace a la distribución del ingreso, es claro también que los seis años de furioso intervencionismo K en la economía no lograron revertir las humillantes condiciones de vida de millones. Si bien es verdad que se ha creado empleo y se bajó la pobreza, los factores estructurales que la provocan siguen ahi. Léase: clientelismo, manejo discrecional de los fondos del Estado, sistema impositivo anacrónico, monopolios amparados al calor de las necesidades políticas del momento (caso de la fusión Cablevisión-Multicanal y la televisación del fútbol, hoy en la mira del poder con el proyecto de la nueva Ley de Radiodifusión). A pesar de las críticas de tribuna que el matrimonio hace al capitalismo, hoy la Argentina estaría mejor parada frente a la crisis si los productores hubiesen podido quedarse con lo que el Estado les quitó en concepto de retenciones amparados en que recibían una "renta extraordinaria". En una economía capitalista, el lucro es el motor, y no el villano, del progreso material de la sociedad. Las empresas impulsan el desarrollo tecnológico porque quieren ganar más con tecnologías más modernas y menos costosas, y el Estado recauda más en concepto de impuesto a las Ganancias para luego construir hospitales, escuelas y la necesaria infraestructura. Esa es la distribución del ingreso que se aplica en una sociedad moderna, y no estos draconianos impuestos a la producción como las retenciones.


¿Cuál será la sorpresa que nos prepara el mago Néstor, que no es Mandrake? Sólo Néstor lo sabe... ¿lo sabrá?

jueves, 5 de marzo de 2009

A cinco años


Hoy se cumplen cinco años de la muerte de Juan Castro. En aquel 5 de marzo de 2004 perdimos no sólo a un periodista genial, sino sobre todo a una persona íntegra. Y eso es lo que más duele. En esa madrugada se apagaron para siempre esos ojos verdes que miraban y lo mostraban todo, sin discriminación y siempre con un profundo sentido ético. Cada palabra, gesto y mirada; cada lágrima y sonrisa brotaban de ese ser maravilloso que es Juan con una bonhomía que jamás he visto en mi vida.

Por supuesto que tuvo sus errores. "Tenía todo para ser feliz", escuché decir innumerables veces. ¿Lo tenía? Su vida fue una búsqueda constante de eso tan voluble que llamamos "felicidad", y la emprendió con aciertos y errores, encuentros y desencuentros. Como escribió la periodista Sandra Russo en Página 12 hace cinco años, "no ofreció a nadie en sacrificio, se expuso él".

Macedonío Fernández, escritor y pensador argentino del siglo XX, compuso unos versos tras la muerte de su amada que dicen: "Mientras duró, de todo hizo placer. Cuando se fué, nada dejó que no doliera". Hoy, esas palabras son más ciertas que nunca.

Juan, siempre Juan. Nunca te olvidaremos.

miércoles, 21 de enero de 2009

La era Obama: ¿cómo sigue la película?

Barack H. Obama
44° Presidente de los Estados Unidos
Fuente: Sitio web del Senado de los EE.UU
Imagen de dominio público


En el dia de ayer, los ciudadanos del mundo asistimos a la jura del 44° Presidente de los Estados Unidos que, como sus predecesores desde el atardecer del Imperio Británico, ocupará también el puesto de Hombre-Más-Poderoso-del-Mundo como hicieran sus colegas coronados de las verdes y fértiles Islas Británicas.


Sin embargo, es sabido que Obama se encuentra ante un escenario, en principio, dificilísimo: dos guerras abiertas, déficit fiscal y comercial récord (contra superávit fiscal y comercial récord legados por la administración Clinton) y un Estados Unidos cuya imagen ante el mundo se parace cada vez más a la del "Gran Satán" que a la del "Gendarme del Mundo", garante de la paz y la libertad, de la que gozaba hasta hace tan sólo ocho años. Además de estos problemas, Estados Unidos se encuentra ante desafíos aún más complicados y que lo pueden perjudicar más allá en el largo plazo tras ocho años de administración Bush: debe reconstruir su autoestima, esa consciencia colectiva de que "nosotros podemos". No por nada la frase más aclamada del discurso inaugural de Obama haya sido "sepan algo, americanos: [los problemas] serán enfrentados". Una frase parecida pudo escucharse de los labios de Franklin Delano Roosevelt en plena Gran Depresión: "no sabemos cómo resolver los problemas, pero estén seguros que algo haremos para resolverlos". Ambos presidentes sabían que los problemas económicos serían aún más acuciantes si se transformaban en una depresión del ánimo nacional y que resolverlos sería imposible si antes no se reconstruye la confianza. Esperemos, no sólo por los norteamericanos, sino por todos los que estamos atados al futuro de ellos, que Vladimir Putin se haya equivocado cuando ayer dijo "de las grandes esperanzas nacen las grandes decepciones". Mientras la ansiedad les jugaba una mala pasada a Mr. Obama y al Presidente de la Corte Suprema a la hora del juramento, los mercados operaban en terreno negativo. ¿Pensarán como Putin? ¡Vaya novedad!


Después de varios meses sin actualizar este blog, es hora de evaluar lo escrito allá por octubre, cuando la tormenta recién estallaba. En aquel entonces, no se sabía aún si las pérdidas en los mercados financieros desembocarían en una remake de la Gran Depresión de 1929-1933 tras la quiebra de Lehman Brothers, los multimillonarios rescates con el plan de U$S 700.000 millones de Bush ó el plan Brown-Darling en Gran Bretaña. Hoy, no sólo no podemos ver los efectos de esas medidas sino que, en los últimos días de la administración republicana, se autorizó un segundo rescate al Bank of America y corre el rumor de que el gobierno británico nacionalizará la casa Lloyd's. Mientras Obama desfilaba por las calles de Washington, las acciones del centenario banco londinense se desplomaban a la mitad de su valor.


Ayudada por estos rumores, la libra cerró ayer en U$S 1,39, su mínimo valor desde 2001, y el fondo de George Soros aconsejaba a los inversores deshacerse de todas sus posiciones en esterlinas y a poner ni un sólo penique en la economía británica. En este escenario, luce cada vez más probable que el Bank of England recorte la tasa de referencia en 0,5 %, llevándola a su mínimo histórico de 1,25 % (hace tan sólo un año, se ubicada por encima del 5 %) con una alta probabilidad de que se acerque a cero en las próximas reuniones del Comité de Política Monetaria. Las ventas que deprimen el valor de la esterlina se explican también por los temores de que la deuda pública británica supere los 118 billones de libras anuales, acercándola al techo de 8% del PBI, y que el gobierno se vea en difícultades económicas cada vez mayores a medida que la recesión se acerca.


Lamentablemente, nadie sabe cómo terminará la película. ¿Será Obama el héroe salvador que acabará con los "malos de Wall Street" para rescatar a los "buenos de Main Street", o será una nueva frustración norteamericana? Es indudable la facilidad que tiene el pueblo del Norte para darle a su vida un inequívoco tinte cinemátográfico: basta con ver las escenas de la asunción del nuevo presidente para confirmar esta postura. ¿Tendrá esta cinta un final feliz?