Le pone limón a todo, sobre todo a esas bebibas hechas con hierbas de los montes ("yuyos", diría la Presidenta). Cada vez que viene a mi casa, depreda a mi pobre árbol. La planta tendrá unos cincuenta años y da unos frutos redondos, de piel tersa y llenos de jugo. Se queja mi abuelo de que el limonero de la casa de mi tío es avaro: pura cáscara y nada de jugo. El que tiene en su jardín todavía es muy joven como para arrancarle algo.
Mientras toma su aperitivo con jugo de mis limones, ve los noticieros. Y después los canales de noticias. ¿Por qué será que todos los ancianos que conozco tienen esa afición por las noticias? ¿Será para aferrarse un poco más a un mundo que los deja inexorablemente atrás? ¡Quién sabe! Pero él ve los boletines y se queja de los muñecos inflables y de las carpas en la Plaza de los Dos Congresos. "Esa plaza tardó seis meses en construirse para festejar el Centenario", me cuenta, "y ahora estos vándalos rompen el pavimento con esas carpas mientras toman mate y juegan al truco todo el dia"
Un periodista marcó, hace unos días, la diferencia entre la Argentina del Centenario, representada por la carpa del campo, y la del Bicentenario, encarnada por las carpas oficialistas. "Son el mismo perro con distinto collar", dijo mi abuelo. Tiene razón: la plaza hermana a campo y gobierno, que se comporta hoy como los conservadores de ayer. Los conflictos del Centenario siguen sin resolverse en medio de cáscaras vacías, como los limones del árbol de mi tío. Ahí están el toro Alfredito y la pingüina Cristina (sin su grueso maquillaje esta vez), el toro mecánico, las carpas. Todas llenas de aire y plasmas. Pero el cascarón más grande es el Congreso: días de debate lleva el proyecto oficial sin que haya una idea clara de lo que pasa. Años de orfandad tras gobiernos democráticos y dictaduras hermanados por la autocracia y el aire caliente. Parece que con esta administración se convirtió definitivamente en una repetición del Hindenburg: los votos se escapan, el globo se desinfla.
Después de todo, mi abuelo tiene razón: los limones que son pura cáscara no sirven para nada.