viernes, 18 de abril de 2008

Cuatro años sin Juan Castro

El 5 de marzo de este año, se cumplieron cuatro años de la muerte del periodista Juan Castro. Lamentablemente, este blog no estaba online entonces, por lo que este post sale recién ahora.

¿Qué decir de Juan cuando la tristeza de entonces todavía está fresca? De él se dijo de todo: drogas, homosexualidad, vida "desordenada", se publicaron cartas privadas, desfilaron testigos que describieron hasta la última gota de su sangre en el pavimento. También se dijo que era un periodista genial, sensible, buen compañero, que vivía rodeado de gente pero íntimamente solo. Esa soledad que agobió a Juan es la que más grita con su silencio: el 5 de marzo de 2004 se llevó a un ser humano íntegro.

Nació en Parque Patricios, al que alguna vez llamó "su barrio de los sueños", el miércoles 13 de enero de 1971 junto con su hermano gemelo Mariano. Después vinieron la infancia en el monoblock, las carencias ("por mis ojos verdes creen que salí de Martínez", le dijo alguna vez a Clarín) y el hecho que lo marcó hasta que se cayó por el balcón: la muerte de su mamá, víctima del cáncer. A partir de entonces, dicen los que saben, Juan empezó su derrotero de drogas y de noche.

Sin embargo, ese infierno que se instalaba en su vida no lograba apagar su ímpetu: empezaron los programas en televisión y radio. De atender los teléfonos de "Feedback" y "Malas compañias" en la radio junto a Mario Pergolini, pasando por el noticiero de Canal 11, hasta "Zoo, las fieras están sueltas", junto a Dolores Cahen D'Anvers, y su recordado "Kaos en la ciudad", con Ronnie Arias, Carla Czudnowsky, María Julia Oliván, Martín Ciccioli y Martín Jáuregui.

Ese Kaos con "K", no de Kirchner sino de él. Con aciertos y errores, ese kaos era blanco de críticas: edición rapidita que destaca la forma por sobre el contenido, se pasa de informes muy duros a otros alegres y frívolos, y sigue la lista. ¿Acaso creían que la realidad es una cosa uniforme? Un examen cuidadoso del dia de cada uno demostrará que pasamos con naturalidad sorprendente del trabajo y los problemas económicos a disfrutar cada noche del sexo con nuestra pareja, para que luego nos llamen por telefóno para avisarnos que alguien cercano se murió. Entonces vamos al velatorio, damos una vuelta alrededor del ataúd, comentamos el maquillaje que le pusieron al difunto, y luego salimos a la vereda para reir y conversar sobre lo que hicimos el sábado a la noche en una disco. "Si sos romántico, salís a la calle y te encontrás con el amor de tu vida. O te pueden matar por un peso. Eso es el kaos" explicó Juan alguna vez.

Ese kaos llevó a Juan lenta pero inexorablemente al balcón. Internaciones varias, afecciones cardíacas, tardes enteras escondido detrás de un sillón huyendo de las alucinaciones, tardes enteras junto a sus amigos festejando su cumpleaños, miles de sonrisas y miradas llenas de luz, una mente aguda y llena de curiosidad que devoraba libros, diarios, películas, las historias más duras y también las más alegres; hombres y mujeres que compartieron su lecho hasta Luis Pavesio, que lo acompañó hasta su muerte. En más de novecientos discos buscó su melodía y se quedó con "One more try", de George Michael.

En sus últimos días gustó vestir de blanco, preparándose para caminar por las calles de algún alma, como canta Laura Branigan en "Self Control". Aún no se sabe que pasó en su departamento la tarde del martes 2 de marzo de 2004: suicidio, accidente producto de alucinaciones o intento de asesinato fueron las versiones que más sonaron. Lo que sí se sabe es que Juan se lastimó irreparablemente. El viernes 5 de marzo de 2004, Juan Castro murió a las 2:30 de la madrugada en una cama del Hospital Fernández.

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